La ingeniería civil
será, probablemente, una de las ramas de la Ingeniería más antiguas. Decir que
la colocación de piedras sobre un vado o la excavación de una pequeña acequia
de regadío podrían ser los principios de la Ingeniería Civil es casi demagógico,
pero ya en el antiguo Egipto existían redes de canales que repartían el agua de
las crecidas del Nilo entre las terrazas de cultivo, con lo que esto supone de
conocimientos de topografía para trazar canales con pendientes descendentes
constantes o de construcción de muros para sostener el terreno de las terrazas.
Y, desde luego, nadie podría negar que los acueductos, presas, puentes,
cloacas, calzadas o puertos de la antigua Roma son obras civiles, muchas de las
cuales tardaron siglos en ser superadas y algunas de las cuales todavía
funcionan.
Ya sea que se trate de carreteras, canales de irrigación,
canales de navegación, presas o puertos, se puede observar que todos los
pueblos de la antigüedad han hecho uso en mayor o menor medida de los
conocimientos de la Ingeniería Civil, siendo en muchos casos ésta una muestra
evidente de sus grandes conocimientos.
La Ingeniería Civil, sin embargo, tal y como se la conoce
ahora, tiene su origen a caballo entre los siglos XIX y XX, con el desarrollo
de modelos matemáticos de cálculo, mejoras en la fabricación del acero y la
invención del hormigón armado. Los trabajos de Castigliano, Möhr o Navier entre
otros permitieron abordar analíticamente los esfuerzos que producían en las
estructuras las solicitaciones a que éstas eran sometidas para determinar de
forma aproximada pero fiable los valores de dichos esfuerzos. Esto permitió el
diseño eficiente de estructuras, con garantías de resistencia y una mayor
economía.
Las mejoras en los procesos de fabricación de acero permitieron
la eliminación de impurezas que reducían su resistencia. A su vez, nuevos
procesos de fabricación permitieron la obtención de piezas de longitudes
considerables y de mucha mayor resistencia. Los perfiles metálicos así
obtenidos abrieron la posibilidad de construir estructuras mucho más esbeltas y
ligeras.
Por último, la invención y desarrollo del hormigón armado
por parte de ingenieros franceses significó una revolución en el mundo de la
construcción, pues este material es capaz de ofrecer grandes resistencias a un
coste mucho más bajo que el acero y sin mantenimiento.
Sin embargo, estos nuevos materiales trajeron también
algunos problemas. El enfriamiento incorrecto del acero y el fenómeno de la
fluencia en el hormigón armado produjeron varios colapsos por rotura frágil, si
bien hace ya tiempo que estos problemas han sido comprendidos y solucionados.
Actualmente, la Ingeniería Civil vive un momento de gran
expansión. La informática y los nuevos materiales permiten la construcción de
estructuras tan impresionantes como el viaducto de Millau, que hace tan sólo
unos años serían impensables
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